Pese a que solo hemos dejado de entrenar una semana, el día de vuelta, ha sido la vuelta al cole. Hemos empezado a tocar dándolo todo, como si nos faltara algo que hemos recuperado. Cuando vamos a entrenar, es algo surrealista pero puedes llegar fatal pero cuando pasas la puerta tus problemas quedan a fuera, me lo habían dicho muchas veces tanto Montanha como Cebolinha pero hasta finales de este año no he empezado a sentirlo, cuando sales has descansado, todo es más pequeño y puedes con ello.
Empieza septiembre, llegan las rutinas y los nuevos objetivos, un nuevo año escolar donde nuestras metas vuelven a nacer para ir muriendo en el transcurso del día a día.
Mis propósitos del año escolar son:
- Vivir al máximo cada día con los míos, como si fuera el último, no voy hacer nada que no haría el último día de mi vida, a no ser que de ello dependa mi supervivencia y el alquiler.
- Darlo todo por mi rodilla, esta rodilla la quiero al cien por cien para no sentirme robocob bajando las escaleras. El otro día andando en la cinta del gimnasio mis pulsaciones estaban a 143, si, andando!!!
- Aprender inglés, sí, quiero aprender inglés y voy hacer todo lo posible para conseguirlo. Ya os iré explicando... creo que estoy en el camino.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar...
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