dimarts, 28 de febrer del 2012

CAPOEIRA


Domingo roda y lunes clase, ¡Que perfecto!
Es curioso, cuando empecé capoeira me surgió un enamoramiento, todo me gustó de ella, el estómago era un nudo de nervios cuando había clase o había roda.
Desde entonces nada ni nadie ha hecho que sienta nada comparable.
Ahora mi relación con ella va cambiando pero cada día estoy más segura que de una forma u otra siempre estará allá.



Desde el primer día, conociendo a mis huesos y articulaciones, sabía que llegaría el momento que tendría que parar o hacer un paréntesis. Pero también ví, que la capoeira es mucho más que físico.
Cuando pienso en ella, pienso en música, sentimiento, energía, comunicación, conocimiento, expresión, pero sobretodo pienso en observar y vivir.



Ahora voy, toco, observo y recupero.
Para mí,  uno de los mejores momentos.
Mil mercis a Cebolinha por venirme a buscar y convencerme esos días que estaba cansada y dolorida.

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